Mi mujer desnuda contemplando su propio cuerpo convirtiéndose en escalera, tres vértebras de una columna, cielo y arquitectura. Salvador Dalí. 1945. |
Sin arrugas
La absorbo, la miro
me acuesto
me cuesta
pensar en dormir solo
la cama
Todo movimiento
sobre las sábanas rayadas
aburre buscar
mata no encontrar
nada como aquello
el colchón disonante
se volvió una droga
una de las malas
y yo adicto
a reconstruirte.
Tus piernas cruzadas
ya son vientos
los besos nuevos
incursión teatral
la almohada sudada
aureolas
dos cabezas que respiran divorciadas.
Me mojo los pies
el río
de mi cuarto solitario
lleno de extrañas
las lágrimas no
ya son comunes
en amaneceres
manantiales de perfumes en mis sentidos
mis recuerdos de vos
y ahora le abro la puerta de abajo
a julia, a luisa, a la otra
a las que no son.
La cama
ni la tengo que volver a armar.
Gabriel Kirchuk, pecespájaros, Viajera, 2011.