Lionel Constable. |
El cielo está casi quieto. Se pueden ver los cambios suaves en las sábanas tendidas por la mañana, que guardan la historia del día. La muchacha mira el sol caer sentada en un tronquito, tomando mate al borde de la noche. Su patrona aprendió a permitir esa costumbre. Hace siempre lo que se le manda, pero no puede evitar el ritual de la tarde. En ese momento, le es imposible cumplir órdenes. Sale hipnotizada a ver el campo que atardece como si recordara un antiguo incendio.
El jinete cruza las chacras al galope y parece que el pasto se doblara ante él antes de ser pisado. La sombra de caballo y hombre es imponente, pero la fama es lo primero que se ve. Mirando mucho tiempo la línea del horizonte, la tierra tan sólida puede volverse vapor de polvo. Así se presenta él, como una exhalación de la llanura. Ella siente a sus espaldas el calor del caballo. Él se acerca en silencio. La mira y dice: “Vamos”. Posibilidades infinitas salen de esa única palabra: correr, pelear, gritar, resistir, morir. La muchacha se pone de pie y le ceba un mate. Él lo toma.
En un segundo inmenso como la llanura, dedica una última mirada a su casa. Deja la pava en el piso, se para sobre el tronquito y sube al caballo como quien trepa una montaña. Él le devuelve el mate y ella lo guarda en el bolsillo del delantal. Él ordena: “Agarrate fuerte”. Ella obedece. Es dócil. Todas las tardes, sin falta, se sienta a tomar mate mirando lo que queda del sol.
Cecilia Maugeri, Caballos.
Textos Intrusos, 2013.
Presentación de «Caballos» de Cecilia Maugeri
martes 5/11
20h en Funes & La Maga
Borges 1660. C.A.B.A.
Con lecturas de:
Marcela Manuel
Rocio Mariño
Natulina González
Diego M. Vadell
Leandro Peña
Música en vivo: Juan y Gabriel Ventura Gulí
Una respuesta a «Adelanto de «Caballos» de Cecilia Maugeri»
Con la simplicidad de la llanura, el mate, dos campesinos, y el polvo del galope,
nos metemos en la anunciación de un mundo por venir en el texto: «ella obedece, ella es dócil», un mundo a descontruir, debatir, y poetizar como bien sabés hacerlo vos que sos poeta de fuste. Tere Traynor