De chica contemplaba el fuego
hechizada
La llama erguida
me encendía.
Acercaba el papel, miraba cómo lo devoraba
extasiada.
Te lo advertí.
Te reíste.
No te tengo miedo, fueron tus palabras
y saliste con un portazo.
Te lo advertí
Igual me dejaste.
Soy yo la que me voy
pero queda mi recuerdo
como un sello
intenso, gigante, devorador
alojándose enloquecido en cada rincón de tu casa.
Antes de irme
contemplo la escena excitada.
Lenguas intrépidas se tocan, se entrelazan
haciendo suyo todo lo que está a su alcance.
El hierro enrojece
la madera se quiebra y oscurece
los objetos se encienden y se consumen
las llamas gritan enloquecidas
se avivan, sacan chispas
una gran fogata
me abraza con su calor.
Contemplo la escena excitada
Y me acuerdo del pequeño fósforo haciendo suyo el papel.
Andrea Larrieu, 2014.