Víctima del deseo, durante el clímax del acto sexual algo la distrajo, y perdió el equilibrio. Esto la hizo reparar que se encontraba en una aerosilla en ascenso a la cumbre de una alta montaña. Desnuda, cayó doscientos metros hacia una rígida laguna de hielo.
Ni ella se explica cómo lo que debería ser un cuadro mucho más grave devino en un simple, pero fuerte, enfriamiento. Bajo observación, por solo un par de horas, el doctor Keyes le receta apenas un té antigripal, y le da el alta.
Escribe en el informe médico: “La joven paciente sorteó múltiples fracturas y contusiones, derritiendo toneladas de agua congelada con su temperatura corporal, su carácter apasionado”.
Pablo Müllner, 2015.
Hospital Samsara, próximo título de Viajera.