Cuando no puedo escribir
siento que me ahogo
Cuando no te veo
me pasa algo en la panza que me estruja
que no puedo explicar
que quiero razonar
extirpar
desentrañar
y no puedo.
Cuando te veo
a veces no te dirijo la palabra
a veces te retaceo la mirada
a veces me sale muy mal lo que te quiero decir
rudo o metafórico
incierto, impreciso, irrisorio
Entonces escribo
te escribo
como ahora
paso en limpio el día
que como bien lo pusiste
No ha terminado
¿Y si lo que me pasaba era
que el término, el punto final lo pone
verte ir
verte volver quizás
a ese lugar lejos
fuera de mí
sin rastros, baldío
tan afuera de nosotros?
Verte ir.
Verme ir.
Irme. Irnos.
Si no escribo me ahogo
rebalso de sentir
porque yo me enamoro mucho
sí, tanto
siempre ahora
el amor es ahora
o es nada.
Una vez me dijiste
no cuenta tanto acumular teamo’s
(me gusta ponerle ese plural imposible, frase inaudita que busca reflejo, busca gemelo, encastre, casi superposición)
entonces, sigo
(claro que no hablás como yo
te hago hablar
vos hablás tan otro, tan vos
que solo escucharte me asombra
me prende)
dijiste
lo que vale es hacer, mostrar
dijiste
mostrar con acciones
digo
mostrar el amor?
pregunto
no es autoevidente
autoconvocado, rebelde y revolucionario
este amor?
mostrarlo cómo?
no ves la luz que aparece
cada vez que nos divisamos?
De lejos se empieza
a encender el mundo
ese tramo
donde fugazmente
habitamos.
Exagero?
Y cómo explicás que haga tanto frío
que sea noviembre y usemos campera
y las manos heladas hasta tocarnos
y nosotros un volcán que se derrama
ahora quemamos
ahora estremecemos
juntos
no lo ves?
Nos robamos la primavera.
Dejamos al clima desconcertado.
El agua empieza a burbujear cuando nos mojamos
arde
chorreamos mares
inundamos cuartos
hacemos que germine lo que estaba oculto
latente
se abre.
Escribo porque siento demasiado.
Te siento tanto y no estás.
No sé a quién acudir.
Tanto amor se me trasluce y encandilo
es como si por eso
se sublevaran ciertos entes
me quisieran agarrar
apagar
me duele
no me creés pero
me rompe
como si de todo lo bueno
viniera lo malo agazapado
acuchillara
y no sé qué hacer
no sé nada
solo puedo escribir
no tengo plan
no sé cómo
bajar esta intensidad
no sé
apagarme
no quiero.
Escribo y a dónde va
escribo
te leo
me lleno
un segundo más
hora o minuto
año?
Cuánto?
cuánto almuerzo abandonado
cuántas ganas de entrarnos
comernos enteros, degustarnos
cuánto dejarnos en el otro
cuánto murmullo, risa, mano, olor
cuánto inmedible, irreproducible, cuánto
De repente lo veo
hacia vos
esta escritura
a vos se dirige
para adelante
lo escrito no tiene
vuelta atrás
mi dedicación
tampoco.
Escribo para conjurar el miedo
de no hacer lo que tengo que hacer
si me ayudaras
me dieras una pista
si supiera cómo
llevar este amor incandescente
citrino dijiste
ámbar digo
con gusto a limón tan imposiblemente
dulce, rugiente.
Karina Macció, 2016