Las luces de la ciudad se encienden
de a poco.
una ventana me devuelve
la luz que no tengo
en la mesa, la vela apenas ilumina
no quiero más
la noche casi apagada desfigura
mis certezas diurnas
disimula mi pena
enmascara el miedo que escondo
encubre mi soledad
de llantos disfrazados.
La noche oscurece el ansia
que tengo de una voz
oculta el anhelo de otro
recelo de mí
en la noche que se apaga.
Gloria Candioti, Ventanales.
Viajera, 2016.