Lo vio pasar, no quiso que la viera. Fracciones invisibles, fugaces en el cruce. Incontables segundos, veloces, imperceptibles.
—Somos una especie que besa y se alimenta —quiso gritar.
Volvé, besame, jugá con el impulso. Abrazame fuerte pegado por atrás, por adelante, como más te guste. Respirame cerca.
Duele. Mis brazos me contienen, se enroscan.
Es mucho el silencio. No recuerdo tu voz; sí la música, la cadencia. Sí tu cuerpo.
Se borra tu mirada, apurate. Avanza el olvido selectivo que me cuida y me cura. Necesito enfermar de nuevo.
Mariana Lagarrigue, Degeneradas.
Viajera, 2016.