Cuna de silencios y asfixia es el hogar materno
el niño ya hombre no puede gritar
rompe el tejido elaborado desde la matriz
sangra cascadas el nacimiento propio
el príncipe de esa primera y única dama
reina con truncos respiros
soledades que envuelven
los abrazos de mami
el cordón endurecido ata las muñecas
marcadas
Mariana Lagarrigue, Degeneradas.
Viajera, 2016.