Estoy en cuenta regresiva, tengo que desactivar la bomba, no queda tiempo.
Me corre transpiración por la frente, la sien me late. Me cuelgan de los párpados gotas gruesas, me distorsionan la vista y me transformo en giroscopio, o telescopio, o microscopio, o a alguien copio. Lo digo como un secreto, una confidencia. Lo susurro en registro de perro: “te copiooohhh”, y a la vez aúllo con tristeza y con dolor, porque no soy yo, es el lobo. O soy lobo cuando soy y hombre cuando no. O soy hombre feroz cuando soy y lobo cuando no.
¿Quién soy?
La mandíbula aprieta, los músculos se contraen.
¿Quién soy?
Suenan los violines: yuín yuín yuín, yuén yuén yuén
las violas: yuán yuán yuán
¿Quién es real en esta casa de los espejos?
Entierro oídos en mis manos-garra, no soporto el ruido que proviene de cada boca de cada imagen de cada espejo y embisto con la cabeza, mordiendo con una boca humana en un hocico lobo, tirando zarpazos por el aire en forma de torbellino. Las imágenes estallan en pedazos de hombres, y lobos, y hombres-lobo. Cada cabezazo se abre más la piel del cráneo, mastico cristales de plata y arena, acaricio filos con los dedos.
¿Quién soy?
Estoy agotado: jadeo.
Otra vez los violines: chinú, chinú, chinú, chinú.
Yuín yuí, yuín yuín.
Los espejos se multiplican, las imágenes se repiten:
Estoy atrapado.
cierro los ojos
respiro hondo
Estoy atrapado.
suspiro
abro los ojos
Me miro:
en un espejo
Me veo:
Estoy Desnudo
el cráneo abierto de la nuca a la frente
los dedos son tiritas de papel
la boca una morcilla cruda
todo
duele
Estoy destrozado
la sangre se escapa de mi cuerpo
estoy destrozado
entro en estado de shock
estoy destrozado
voy a morirme
estoy destrozado
estoy
destrozado.
Nicolás Sergi, 2018.
Para Minuto Doble/Máscara en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.