Estaba en mi oficina solucionando no me acuerdo qué. Entró Penélope deshaciendo su llanto en pañuelos y servilletas de papel.
Un amor que se destejía entre lágrimas.
El novio la había dejado después de tantos años, y con planes de casamiento. Un desgraciado, pensé.
Entre lágrimas y sollozos me contó de su dolor, de su incomprensión por la ruptura. Yo solamente escuchaba. Lo más impactante fue que en ningún momento de la charla, ella dijo algo en contra de Ramiro, sino lo contrario, estaba preocupada por cómo estaría él. Lo imaginaba confundido, nervioso, solo.
Ojalá esté bien, me dijo, le costó mucho esta decisión.
Yo seguía en silencio, ¿cómo se puede llegar a amar así?
Gloria Candioti, Ventanales.
Viajera, 2016.