Torso
(Museo del Vaticano)
Piernas nunca tuvo.
Perdió los brazos de mármol
y la cabeza de mármol
por avatares de los tiempos:
naufragios, terremotos, vándalos.
Sigue sindo hermoso,
atlético de pectorales y de nalgas
posado en su pedestal de granito.
El pene de mármol
se lo rebanó un cardenal
con un martillito, y con la honorable,
eugenésica intención
de que no se sigan reproduciendo
tales mutiladas monstruosidades.
Víspera de Cancha Rayada
Con la mano se tapa los ojos,
porque le duele mucho una muela.
Intenta mirar por la ventana pero la luz es hiriente.
Abre la puerta y quedar encandilado le cuesta un triunfo.
Desesperado, tira del diente como un buey,
como quien enganchó un pez espada, o un dorado.
El pez sale del agua y el buey descansa,
le late la cabeza, le quedó una marca, un hueco en la boca.
lo tantea con la mano y con la punta de la lengua.
Metálico gusto rojo.
En la mesa apoya un bagre todo cariado.
Jan de Jager (Buenos Aires, 1959)
Extraído de Otra iglesia es imposible: https://campodemaniobras.blogspot.com/2019/06/jan-de-jager-dos-poemas.html?fbclid=IwAR133jhEzMp8o80R1GR-MD_-LB55kTLg0AeAI_rSktC-i5l2267Jy82Rjw8