Miles y miles de millones de años
caracolas ínfimas frías calientes templadas se mueven imperceptibles bajo mis pies
en la extensión sin fin del ojo atento
la vaguedad del límite entre el cielo y el mar
fija yo en mi punto de arena
el viento vuela la ola
congela la exhalación ruidosa del aire que exagero por mi nariz
escucho gaviotas viento voces lejos de otras vidas que intuyo
dicen
algo
en este difuso atardecer
que se resiste
al reinado de la noche
de la luna
de la luna que le gana a la bola amarilla
que cae
se esconde en mí
caliente
vibrante
marina
en expansión diurna nocturna.
Marcela Manuel, 2019.
Para Un año de sensaciones.
