Manifiesto
Que las palabras salgan del barro de la caja mortuoria
de pechos con sudor y dientes picados
de los cuentos crueles de los chicos ricos
de gente que se muere
de cuerpos lacerados.
Que las palabras salgan de restos de comida
de la chica drogada de los ojos rotos
del olor a hospital de azulejos verdes y de luces blancas.
Que las palabras salgan de los espacios huecos del refrito y la oficina
que salgan del abuso y la vergüenza.
Que las palabras salgan del flujo derramado
de la sangre espesa
del torno del dentista.
Que salgan de lo profundo
de la superficie
de las cloacas.
Que salgan del idioma
las letras
la sintaxis.
Que las palabras salgan
cuando no haya
nada.
José Lupia, El mundo despiadado de las nubes.
Próximo título de Viajera.