Apoya la cabeza contra el cuerpo del árbol. Inmenso, él la mira desde sus hojas y se pregunta si ella también estará habitada de pájaros y ardillas, si entre sus cabellos también estarán amaneciendo las primeras aves de la mañana. La siente tan calma con los ojos cerrados, parece que todavía no despierta. Se ayuda con el viento a acariciarla y seca las lágrimas que le dejó la noche.
Laura Ramírez, Mosaico,
próximo título de Viajera.