Sofía Huidobro |
Las bifurcaciones como venas
alimentan la tierra
madre del río
montaña
conteniendo un adiós
de atardecer
se alimenta
por los ojos
y ella se vuelve
tiempo
vientos del noroeste
se llevan los rastros de una batalla pasada
tal vez ella
la fría y cálida contención
se despide
con un poco de vida
al aire de lo que vendrá
una embestida de tierra
nos envuelve
lejana
en la brisa
Jane Tomlinson |
Una gran masa de agua-azul hasta el horizonte.
Se extiende majestuosa bajo el sol oscilando el impacto.
Un espejo líquido de cielo viviendo la luz en cuerpo único.
Respira enorme hasta donde no alcanzan los ojos.
Reposa ceremoniosa solemne y callada. Casi tibia casi suelo lejano.
Una invitación sin palabras. Un llamado como la impotencia.
Solo islas en archipiélago. Penínsulas baldías. Brazos de tierra.
Cada tanto bahías arqueadas, peñascos rocosos, vegetación en crecimiento apretado.
De vez en cuando algún muelle de piedra.
Algún brote de pasillos y casas desdibujadas.
Caminar es un sin retorno. Las promesas no existen.
Desde arriba: un salpicado de tierra ínfimo.
Manchas flotando. Un contraste diminuto sin intención.
El agua-viva y la distancia sin nombres.
Toda alrededor se extiende.
Dejando que el cielo cambie de color y de bordes.
Aire esparcido el sol.
Luz abandona el espacio para ser agua.
Un horizonte líquido que brilla y late.
Lago Titicaca – Isla del Sol
Axel Levin, Tatuarme con el atardecer, Colección Valijita, 2012.