Por mis dotes como presentador, que solamente vio el que me contrató, me ofrecieron presentar a Adolfo Bioy Casares en un acto que se hacía en su homenaje.
La cuestión es que antes de salir a presentarlo, se me antojó pensar tras bambalinas, qué pasaría si en vez de Adolfo Bioy Casares lo presentaba como Rodolfo Bioy Casares.
Y me festejaba el chiste internamente. Haciéndomelo una y otra vez.
Lo cierto es que cuando Bioy entró al escenario, ¿qué hice? Lo presenté como… ¡Rodolfo Bioy Casares!
Él, con ese humor inglés que le quedaba tan bien, dijo:
–Muchas gracias… Disculpen si no pudieron hacer este evento antes por culpa de mi salud. Trato de enfermarme seguido para escaparle a los homenajes… y a los presentadores.
Diego Recalde