abrir un tajo en lo que intentare: asma de la
Grecia antigua tan amada: pude ver, Clara
hoy en sueños un barroso cielo de arenilla
negro tal el río en que lento, tan lentamente
flota blanco un lirio hundido para siempre
negro tal el río en que lento, tan lentamente
flota blanco el lirio hundido para siempre
bajo el cielo, sí, a fin de cuentas cielo el que
a cada quien le toca: inútil paradigma: signos
que mitigan los hachazos, acaso el orden de
las deudas, pasos por la pena: infrecuencia
del vívido, inopinado apagón de lo que se ama:
mnémicos retales cada noche: la siempre puerta
esta vez de par en par y tribulaciones luego, de
corte psicotrópico y trópico también lo que es
alma en tal suceso, mía, tuya, tras una escena
tan semiótica y montada de fracaso: gestos
de fiebre irreversible y sangre por la tos:
órdenes de inventos adecuando lo contrario
también contraria a calmas aguas la escena
en que flota lento un sueño sobre un río negro
en que flota lento el sueño sobre el río negro:
leerás acaso el sino, mi mano tibia a las tres
las bondades, el real converso, obstinado en
tan bajos los párpados: nombrarán ampliactil
intensificadores: dirán es todo, acabaranse
las máquinas, el aire tecnológico: la prensa
no dirá una palabra al menos: atenderá, pues
circunstancias, la educación en crisis, dólar
paralelo, cepo cambiario, nombramientos
modos de nombrar lo que se nombra, aborto
no punible, libertad de expresión, monopolio
de los medios, puja de poderes, datos indiciarios
quirúrgicas deserciones del sexo voluntarias
canasta familiar: habrá entonces la resignación de
esta nada dicha acerca de tu sueño para siempre
Ignacio Uranga, Materna.
Viajera, 2014.
Katerina Bodrunova |