Esto de vivir sin saber casi nada
apenas
lo que siento en la piel
después de las corrientes de aire en el roce final
la carne abierta y expuesta
la caricia final de la despedida
mis dedos rotos suspendidos en el aire
vidrio roto que todos miran y no ven
desunión en mí
(y no es nadie
ni la distancia
ni la conversación
es el encuentro ultrajante
que me deja sin manos
para unirme
las partes
cubrirme
la cara).
Lorena Suez, 2018.