Ella va sin prisa
sin obligación
todos los días un ratito
va y se sienta a la cama
o en una silla al lado de la silla
–Hola
le da un beso
un beso amoroso
y recibe un murmullo por respuesta
Ella le habla
le cuenta de su día
del barrio del clima
le cuenta qué cocinará para la cena
de la casa la familia
Otro día
–Hola
le da un beso
un beso amoroso
y recibe un silencio por respuesta
una lágrima
Ella se sienta
saca el telar, uno pequeñito
y entreteje hilos con las manos
hilos de colores enlazados.
Al rato
una flor
una flor tejida
–Esto es para vos
Y recibe una sonrisa por respuesta
una sonrisa por donde la lágrima gotea
Y otro día
–Hola
le da un beso
un beso triste
–Leéme
Entonces ella abre la cartera
saca el libro emocionada
los ojos brillan
y lee
lee con sonido entrecortado
que luego se apacigua
como si encontrara el tono
el tiempo
la frescura
como si las palabras, el ritmo, la voz
las teletransportara al sitio de unión de todos los mundos
a un lugar de cobijo y de caricias
de colores y de trópicos
la tierra natal
aquella de los frutos jugosos
aquella de los nevados en la selva de mar turquesa
aquella tierra lejana que retorna
por un instante
Ella hace un alto
la mira
sonríe
y recibe una sonrisa
una amorosa sonrisa por respuesta
Aníbal Ilguisonis, El tiempo de la flor.