Camino por estas sierras
piso sobre el aire
templado de la mañana
mientras en el silencio se escucha
el murmullo de los árboles.
Absorto en el paisaje
colmado de trinos
no me detengo
sólo a veces me doy vuelta
para comprobar
que la huella de mis pisadas
pueda seguirme.
Registro con cuidado
la forma de mi sombra
la infinita prolongación
delgada del gigante
que por fortuna se oculta
entre otras sombras.
Más tarde se ensancha
se acerca, converge
hasta un punto definitivo
en que mi cuerpo se reconoce
en el cuerpo de mi sombra.
Y aún después
perpendicular el sol
toma el centro de mi cabeza
de referencia
construyendo así una línea
perfecta de años luz
entre el cielo y la tierra
hasta que mi sombra agotada
en el justo mediodía
encuentra bajo mis zapatos
perfecto refugio.
Eduardo Gálvez, Hipótesis Gaia.
Viajera.