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La sexualidad de Lucía * Javier Pizarro

Mi nombre es Javier Pizarro, chileno, 40 años. 38 años viviendo en Argentina. Crecí en el arraigo de una familia sencilla en diversos barrios del conurbano bonaerense. En casa, fuimos dos hijos varones, mi papá y mi mamá. Educados bajo los estrictos preceptos de una iglesia católica apostólica romana. La sexualidad femenina si bien no fue tabú, rayaba los bordes míticos que nuestras masculinas mentes podían elucubrar de manera casi «fantasiosa». Mis estudios secundarios transitaron en un colegio religioso. Tuve como amigos varios sacerdotes, quienes en algún momento me ofrecieron seguir una carrera religiosa. En este contexto, se desarrollaron los primeros pasos de mi formación e información sexual.

Nace Julián. Masculino. Su genitalidad para él, y para todos en casa, se llama «pito». Es breve, sonoro, tiene personalidad -en su punto exacto-. No es grosero, grotesco, ni agresivo. Pito: está bien para todos llamarlo así.

Nace Lucía. Femenino. En un principio, darle un nombre a su genitalidad no es algo que nos ocupó. Con Julián las charlas alcanzaron con decirle que él por ser varón tenía pito y Lucía por ser nena, no. Nunca preguntó cómo se llamaba lo que tenía Lucía.

Lucía crece, y con el surgimiento de su verborragia, me comienza a preocupar el acuerdo que hagamos para llamar a su genitalidad. Soy incapaz de apoderarme de cualquiera de los términos populares comúnmente usados para estas cuestiones nominales. Disparo mis dudas hacia la madre y ella me devuelve el término estrictamente médico: «vulva». No es el vocablo que más feliz me hace, pero es mejor que nada. Y así la hemos llamado en algún momento: «vulva».

Con todo este escenario por detrás, me toca presenciar la siguiente charla entre Julián y Lucía.

Los dos en la bañadera, disfrutando de los últimos minutos de un baño de espuma.

Juli: Y vos ahora, Lu, tenés que salir porque me voy a lavar el pito y eso es una parte privada.

Luli: Yo abién avo pito (que en lucianés quiere decir: «yo también me lavo el pito»).

Juli: No Luli, vos no tenés pito. Yo tengo pito.

Luli: Yo teno pito.

Juli: Noooo, Luli. Vos no tenés pito, vos tenés «bomba».

Javier Pizarro.

SWITZERLAND. Zurich. 1955. Special school for deaf-mute children that teaches them to hear through their vibratory senses. Music education. Children raise their hands according to the teacher's instructions when they have heard with their fingertips the lively rythm played on the piano.
SWITZERLAND. Zurich. 1955. Special school for deaf-mute children that teaches them to hear through their vibratory senses. Music education. Children raise their hands according to the teacher’s instructions when they have heard with their fingertips the lively rythm played on the piano.