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Misceláneos

Pienso en la velocidad * Axel Levin

Mientras afuera todo sucede con un ritmo vertiginoso de cascada, adentro hay una lentitud exhausta de gota de agua cayendo de tanto en tanto.

Alejandra Pizarnik

Pienso en la velocidad, la fuerza rotunda de que los cambios son para siempre y el movimiento no se frena

Quizá sea mejor no pensarlo. Rechazar el viento en dirección, las fibras de un recuerdo tibio, la luz amarilla de alguna ventana al despertar o la tensión de la piel volviendo.

Me gustaría poder, pero no.

A mí me viene Algarrobito, el gato blanco y negro con el comparto la casa desde hace un mes, maullidos tras la puerta y los apuntes mordidos aunque el ronroneo dulce arriba. De repente las aulas con mate y rondas sobre pueblos remotos, el investigador extranjero adonde vaya, la relatividad de cada forma de estar en el tiempo y los teóricos sinsentido que sé que dentro de poco se terminan. Aparece mi laburo con chicos y juegos de mesa, cartas, pelota, desafíos improvisados, patio con historias imposible de ordenar, esa costumbre cotidiana que voy a extrañar dentro de cuánto. Mi casa sobre el pasaje Maciel que se vence el contrato en diciembre. La distancia con mi novia por la pelea del otro día que se tapó en los latidos y ahora es envión del cuerpo. La escritura que ya no existe, personajes quietos y el presente de una voz nueva a construir.

Siento rápido, la fuerza es mucha y entiendo poco. Los códigos mutan y se aprehenden justo. No encuentro atajos pero tampoco sé si los quiero. Solo el movimiento, pensar estas cosas de vez en cuando, y una incertidumbre con la que me lleve bien.

Axel Levin, 2016.

SWITZERLAND. Zurich. 1941.
Werner Bichof