Sí.
He venido a decirte adiós.
No quiero más la lentitud del cuerpo
la mirada sin punto
el desgaste del gesto de caminar.
Sí.
He venido a decirte.
Elijo volver muy de noche a casa pero el azul encendido
la cama helada cuando entro rápido con el calor tuyo que viene
el invierno de ruedas que giran y pedalear la fugacidad de los colores
tímida luz
lámpara de sal naranja
yerba a horahumada y menta dentro de la mochila
pelo blanco y negro de gato que mira por la ventana
tan chiquito abro la puerta y los maullidos al salto ronroneo arriba
cactus con sus macetitas en fila
el papel de un libro viejo de una hoja de cuaderno a escribir de una intención
elijo tu mano que busca
un poquito siempre de querer
aunque sea solo el deseo
tus labios contra los míos
recuerdo hacia adelante
con qué te conectás
cuando estás aturdido o no estás o no te alcanza
¿o no?
Sí
he venido.
He venido a llamarte
a hacer fuego el frasco destapado
juego de piel y nombres a grabar
a coleccionar en tarritos
uno adentro del otro
hasta el día romperlos y volver a empezar
una fogata un conjuro
una invocación
juro que soy esto
sí
acá estoy y he venido a decirte
he venido
acá estoy
solo las ganas palpitan
llaman y hacerte
decir adiós
soy esto
con vos o conmigo
inventar la fórmula
el momento cotidiano
al cual volver
y perseguir.
Axel Levin, 2016, sobre Situación para romper un hechizo de Mercedes Roffe.