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Antes de dormir, reseña por Adriana Santa Cruz

Casi es un clásico hablar de la dificultad de reseñar un libro de poemas, y más cuando una se encuentra con una poeta como Magalí Levin. Antes de dormir nos muestra a una muy buena escritora detrás de la cual, además, se descubre a una gran lectora. Dividido en tres partes, el libro es una poética personal, un manifiesto acerca de qué es la poesía y qué hacen los poetas.

Somos a partir de nuestro nombre que nos identifica, pero que también nos marca un camino. Magalí es ese “magal” hebreo al que se le agrega una “í” que se abre al misterio de la existencia. Esta reflexión –que nos evoca el poema de Alejandra Pizarnik sobre su propio nombre− es la puerta a otras reflexiones sobre el quehacer poético y el sentido de la poesía.

La cualidad performática de la palabra, con sus dimensiones de decir y hacer, está siempre presente: “con palabras emprender viajes / formar bosques / dejar el azul y el verde mezclarse”. Pero también hay otra dimensión más lúdica: los juegos de palabras (“CV con patas, pelos y rulos / Se ve / ¿Se ve?”); la intertextualidad entrelazada con la voz de Magalí (Alejandra Pizarnik, Clarice Lispector, Julio Cortázar, Federico García Lorca); las palabras balancéandose con su propio ritmo dentro de la página aprovechando la espacialidad.

Hablé de un manifiesto poético, y todo el libro puede leerse así. La poesía está hecha de sensaciones. Es también una búsqueda interior: “Busco / vaciarme / como una esponja / para que entre lo que miro / apretujo / hago fuerza / pero no puedo / necesito más espacio / adentro / más tiempo / no sé a dónde mirar primero”; “Escribir es escribirme / siempre / buscarme en palabras”. La poesía brota de todo “de cada insomnio, de cada domingo, de cada ventana”; “Poesía misterio / Poesía refugio / Poesía / Sálvame / Una vez más”.

Y si un gran tema que recorre el libro es la poesía, necesariamente se asocia el de los poetas y para qué sirven: “decir lo indecible / escribir el silencio / hacer poco común / las palabras comunes / darle voz a lo chiquito / y a lo inmenso / eso despierta al poeta”.

Antes de dormir también se hace eco de otra de las preocupaciones de todos los seres humanos: el tiempo: “no me alcanza el tiempo para tener todas las cosas que hay que tener”; “Tu misterio es insoportable / te odio / desesperadamente / aunque seas lo único imprescindible / aunque te escriba siempre / aunque no pueda dejar de pensar en vos”. El mismo título refiere a la temporalidad, al momento antes de ingresar en ese otro espacio tan propicio para la conexión con uno mismo: el dormir, el soñar, el dejarse llevar hacia una dimensión más etérea.

El estilo de Magalí Levin combina prosa y verso, la narración con lo fragmentario del poema, y en ella se traducen sus lecturas, como la de Pizarnik, que no solo se puede ver en la preocupación por encontrar la palabra justa, sino también en las imágenes que logra: “me nacen / te nacen / las víboras / adentro del escombro / la sequedad más profunda / las piedras / todas las formas y tamaños / nos nacen / adentro”.

El libro termina con tres epílogos a cargo de Axel Levin, Karina Macció y la propia Magalí Levin, que recomiendo leer porque son bellísimos textos. Cierro con unas palabras de Karina Macció, otra gran poeta: “Antes de dormir es una proclama de lo absolutamente necesario de implicar a la poesía en la vida”.

Magalí Levin, Antes de dormir, Viajera editorial, 2020, 160 págs.

Magalí Levin es docente y escritora. Participó en distintos ciclos literarios, presentaciones y eventos. Antes de dormir es su primer libro de poemas.

Extraído de Leedor: https://medium.com/leedor/antes-de-dormir-magal%C3%AD-levin-c39e836d9a34