Los chicos tenían que seguir jugando porque después les iba a tocar vivir. Los grandes tenían que seguir viviendo y envejeciendo, aunque los chicos no lo supieran. A los más viejos, a medida que envejecían sólo les iba quedando una opción honrosa. La ley es ésa, guste o no. Hay que jugar al tomate que […]
